Venezuela se nos volvió mierda, se cuenta y la gente no lo cree, hay que vivirlo para entender a cabalidad lo que allí ha pasado, las palabras se quedan cortas para narrar semejante tragedia.
El dolor de patria es uno de los dolores más profundos que se pueden sentir, ahora entiendo a los cubanos que lloran su tierra, ahora, aquella canción que dice "Cuando salí de Cuba dejé mi vida, dejé mi amor..." me cala profundo, me parte el alma, ha cobrado significado real para mi.
No tienen perdón estos malvados que han arruinado un país que lo tenía todo, que han roto a la familia venezolana, son unos desalmados, y no tienen perdón.
Pero la vida da vueltas y si no pagan ellos, pagarán sus hijos, así funciona el círculo de la vida, esta escrito en cientos de páginas de la historia y de ese modo, la rueda seguirá girando sin cesar, en un eterno sinvivir.